jueves, 12 de noviembre de 2009

Amor Cortés


¿Qué es lo que me ocurre,
que irrumpes mis variados pensamientos con tu endiablada belleza,
con la cual dejas mudas mis palabras y
destapas mi torpeza?

Soy consciente del peligro de estar cerca y desarmado,
que me deja presa fácil cual gacela el león,
con tus ojos me das caza disparando al corazón.

Busco ya una solución,
para decirte sin más dilación:

¡Oh María! por ti sería
yo tu esclavo noche y día,
arrodillado aquí me tienes
para que éstas mis valiosas palabras, no desdeñes.

He de rogarte
que contestes esta confesión
tomando mi mano para así poder amarte
hasta el final de mis días con profunda devoción.

Esperando estaré ahora
a tu respuesta a cualquier hora,
de rodillas yo me quedo
para ser amado, espero.

H.C.

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